Una cama UCI es una herramienta vital para brindar una adecuada atención a los pacientes. Y Johana Quispe, Coordinadora de enfermería del Área de Cuidados Intensivos del Hospital de Emergencias de Villa El Salvador, lo sabe bien. Por eso no oculta su emoción durante la entrega de equipamiento médico donado a este centro médico por
Johana no es la única que sonríe con los ojos. Carlos León, Director del Hospital, también se muestra agradecido. En los últimos meses se han enfrentado a cambios insospechados, como pasar de 20 a 150 pacientes afectados por Covid-19 por día, o de 12 a 49 camas en el Área de Cuidados Intensivos. “Este hospital se ha ido adaptando a la emergencia para hacerle frente a la pandemia”, cuenta a Journey.
La llegada de diez nuevas camas UCI, 8 monitores de seis parámetros para UCIy 150 respiradores reutilizables 3M, es un espaldarazo a su trabajo. “Esta donación suma un esfuerzo muy importante para el equipo del hospital, para las áreas críticas, porque no solamente va a dar mayor calidad de atención a los pacientes, sino también mejores condiciones de trabajo a nuestro personal”, explica el doctor.
La donación, financiada por
Para Gianina Jiménez, Gerente de Sostenibilidad y Relaciones Institucionales de
Como enfermera, Johana atiende de primera mano las necesidades de los pacientes afectados por la Covid-19. Por eso valora especialmente que estas camas cuenten con funciones especiales. Hasta ahora han logrado que casi 7.000 pacientes vuelvan a casa. “Esta lucha no solo es de médicos, enfermeros y técnicos o de hospitales; en realidad, esta es una lucha de todos”, afirma Johana.
La solidaridad es la mejor medicina para afrontar la coyuntura. El doctor León así lo cree: “Es importante entender que estamos en un momento en el que todos sumamos o todos restamos. Por eso estas iniciativas son tan valiosas”.
Liliana Palacios, Jefa de Enfermeras, está de acuerdo con sus compañeros. Ahora más que nunca el hospital tiene motivos para redoblar sus esfuerzos: “Nos llegan pacientes de toda Lima, desde Ancón hasta Chosica, e incluso de otras partes del Perú”, cuenta. En sus cuatro años de existencia, el hospital ha tenido que estar preparado para todo: la deflagración con más de 80 afectados, en enero, y ahora la pandemia.
El desafío es titánico, pero el personal del Hospital de Emergencias no se amilana. Su mayor estímulo es el respaldo de la sociedad. “Hay muchas formas de aportar en esta pandemia. Algunos con sus manos, otros con conocimiento; otros, como ahora, con equipamiento. Ante esta situación, lo mínimo deja de ser poco”, reflexiona Johana. No le falta razón: la suma de esfuerzos, pequeños o grandes, hará la diferencia.
Redes Sociales