A Lis Bravo nunca le habían dado un premio en toda su vida. Desde que llegó de la sierra de La Libertad se esforzó por ser la mejor, pero sin necesidad de reconocimientos. Transformó su garaje en una bodega pujante con la que le dio educación a sus tres hijos, logró que su barrio volviera a tener jardines multicolores y decidió convertirse en una vocera de la reutilización entre sus vecinos.
Después de haber consolidado su negocio, como resultado de su participación en el programa Bodega Elegida, impulsado por Arca Continental Lindley de la mano de
La Navidad del 2018 fue la excusa para animarse a dar el siguiente paso: ya no quería regalar más almanaques a sus clientes, sino entregarles algo que les fuera útil para las compras y que los motivara a reducir sus residuos. “Decidí mandar hacer unas bolsas con material reciclado para que mis vecinos se comprometieran a dejar de usar bolsas plásticas. Creo que era una buena manera de dar el ejemplo”, dice Lis.
“La naturaleza no es un lujo, sino una necesidad del espíritu humano”, es el mensaje que eligió para que cada cliente que tuviera una bolsa no olvidara el propósito detrás de esta pequeña acción. Lis cree que el cambio es posible a partir de cada persona. Un Mundo Sin Residuos no es un sueño, piensa. “Creo que, desde nuestro rinconcito, desde donde estemos, podemos apoyar”, dice.

Aunque nunca esperó nada a cambio de sus acciones, Lis no puede ocultar que se emocionó cuando mencionaron su nombre durante el Encuentro Internacional de Negocios Bodegueros, desarrollado el pasado 12 de agosto en el Hotel Sheraton de Lima. La Asociación Peruana de Bodegueros, en su décimo aniversario, decidió premiarla como una de las cinco emprendedoras más destacadas del 2019.
“Cuando se hacen las cosas bien, sin esperar una recompensa, las recompensas llegan solas. Tienes que pensar en tus clientes, porque si yo solo pensara en ganar y no dar nada, pues no habría mandado a hacer esas bolsas. Miren ahora la recompensa que tengo”, dice.
Lis tiene el sueño de que otros bodegueros sigan su ejemplo. Que innoven, que se capaciten, que piensen en soluciones prácticas pero inspiradoras para mejorar su entorno y su comunidad, como ella ha hecho partir de su participación en la Escuela de Desarrollo de Negocios . “Por eso yo recomiendo a todos mis colegas bodegueros que asistan a las capacitaciones. Se aprende mucho”, asegura.
¿Cómo se puede integrar el Club de la Bodega Elegida? Basta un clic para saberlo: www.escueladenegocios.coca-cola.com.
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