Ahora más que nunca, Noemí Arenas se ha convencido de que su trabajo como bodeguera es crucial para la sociedad. Detrás de su mostrador despacha lo esencial para que miles de familias de su barrio en Lince puedan sobrellevar la cuarentena. Pero ha descubierto, además, que sus ventas pueden ser más eficientes y más seguras en tiempos de contacto restringido. La solución es Wabi, la plataforma digital gratuita que le permite recibir pedidos de los vecinos y llevarlos a domicilio .
Noemí decidió instalar la app en su celular por recomendación de una vecina. “Anímate, la mayoría ya no va a necesitar ir hasta tu tienda”, le recomendó a fines del 2019. A las pocas semanas, los clientes empezaron a solicitar los 80 productos de su catálogo virtual: desde botellas de tres litros de
En total, más de 6.000 tiendas, en 14 ciudades de ocho países de América Latina, están adheridas a Wabi, que podrían expandirse a 3,5 millones de comercios, según estima YOPDev, la compañía argentina que, con el apoyo de
Además de ser una herramienta muy útil en tiempos de cuarentena, los resultados han empezado a transparentarse en los ingresos de Noemí. “Los pedidos se han incrementado. Los clientes piden más cosas”, cuenta. Cada entrega, realizada por ella misma en un área de tres kilómetros a la redonda, se hace siguiendo los cuidados necesarios: Noemí se preocupa por usar mascarilla, guantes y mantener la distancia con sus clientes.
Olmer De La Cruz también puede dar fe de la utilidad de Wabi: apenas tres semanas antes de la cuarentena decidió instalar la aplicación y desde entonces las ventas de su Minimarket Benjy, en Pueblo Libre, han crecido en más de un 25 por ciento. Pero, sobre todo, ha logrado que sus clientes se sientan más seguros: “Hemos salido a atender a clientes que son, sobre todo, personas mayores. Son clientes de toda la vida que ahora debemos apoyar”, dice.
En más de 20 años al frente de su negocio, es la primera vez que Olmer cuenta con una herramienta tecnológica que le permite estar a la vanguardia y ofrecer a sus clientes un catálogo digital. “Las tiendas no podríamos hacerlo por nuestra cuenta. Nos saldría muy caro. Pero, si nos damos cuenta, es una forma de hacerle la competencia a los supermercados.
Por ahora, Olmer ha decidido restringir las entregas a viviendas cercanas a su bodega, siguiendo las recomendaciones de las autoridades, pero está seguro de que después de la cuarentena Wabi se convertirá en la forma común de hacer las compras. En ese sentido, el bodeguero Gustavo Álvarez, dueño del Minimarket Guty en San Miguel, cree que el camino más conveniente para todos es que la red crezca: “Si más bodegas se afilian a Wabi, habría menos saturación y las entregas serían más rápidas”.
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